Elimina pequeños fallos para obtener grandes logros

En Honor a Su verdad
Recientemente estuve leyendo un artículo en el que se habla de cómo se pueden obtener grandes ganancias evitando pequeñas pérdidas. Allí se cita el caso de la producción de televisores en Japón.

En las décadas que siguieron a la segunda guerra mundial, creció mucho la industria en Estados Unidos. Durante años, las compañías norteamericanas crecieron en tamaño y en rentabilidad, aun cuando los productos que manufacturaban eran de calidad media. Esta tendencia comenzó a descender en la década del 70 a causa de ciertos cambios sorprendentes que implementaron los japoneses en su forma de producir.

Las industrias japonesas comenzaron a implementar una forma de trabajo en la que buscaban incansablemente eliminar pérdidas de todo tipo en el proceso de producción. Rediseñaron los espacios de trabajo para que los trabajadores no gastaran mucho tiempo moviéndose para alcanzar sus herramientas de trabajo. El resultado fue que las fábricas se volvieron más eficientes y los productos Japoneses pasaron a ser más confiables que los de Estados Unidos. En 1974 los reclamos por fallas sobre los TV color de Estados Unidos eran cinco veces mayor a la de los televisores japoneses. Para 1979 a un trabajador de Estados Unidos le llevaba tres veces más tiempo que a un japonés ensamblar su televisor.

Los japoneses no se concentraron en hacer mejores televisores, sino en tener una mejor producción con un televisor de igual calidad que el de los Estadounidenses. Sólo con esto lograron superarlos en producción y ventas en menos de una década.

La lección aquí está en que muchas veces los grandes logros no dependen tanto de grandes cambios en nuestro estilo de vida, sino de ir eliminando de a poco las pequeñas cosas que entorpecen nuestro camino y nos impiden alcanzar nuestros objetivos.

Este principio puede aplicarse a cualquier ámbito de la vida, por ejemplo, una persona puede avanzar mucho en su dieta con tan sólo ir eliminando los alimentos más calóricos y perjudiciales. Un estudiante puede aprender mejor la lección si elimina distracciones mientras estudia y logra enfocarse en la lección que necesita aprender. Podemos ganar una hora más de sueño con dejar de mirar algún programa de televisión. También se puede mejorar la economía de la casa si evitamos comprar cosas innecesarias. Hay muchas pequeñas cosas que hacemos habitualmente que no solemos tomar mucho en cuenta y que si son eliminadas pueden ayudarnos a incrementar mucho nuestra efectividad en otras áreas.

Esta lección también puede ser implementada en nuestro andar como cristianos. Muchas veces nos quejamos de no tener tiempo para Dios, o no tener ánimo, o recursos para brindar servicio a Dios. También solemos entristecernos por no ser tan creyentes y obedientes como quisiéramos ser. Con frecuencia experimentamos gran frustración porque queremos hacer grandes cambios y nos damos cuenta de que no podemos lograr esos cambios. Aquí es donde este sistema puede darnos algunos beneficios: nos concentramos en ir eliminando malos hábitos e ir reemplazándolos por otros más provechosos para el servicio a Dios.

Antes de querer ser grandes escritores de mensajes bíblicos, podemos comenzar por evitar escribir con errores de ortografía, en lugar de grandes estudios, comezar escribiendo pequeños mensajes que sean de provecho a otros. Un cantante podría tratar de concentrarse en corregir las desafinaciones que ocurren en una canción en lugar de hacer un repaso rápido de muchas canciones. Un predicador podría revisar qué partes de su prédica podrían ser confusas o malinterpretadas antes de añadir más cosas al mensaje. En nuestra vida diaria podríamos procurar eliminar palabras obscenas de nuestro vocabulario cotidiano, controlar los momentos de ira y enojo para no reaccionar mal, evitar meternos en lugares o situaciones que nos llevan a la tentación en áreas de debilidad. Incluso en nuestros pensamientos, es una buena práctica revisar por qué pensamos lo que pensamos y tratar de detectar las “fallas lógicas” de nuestros razonamientos y de nuestra comprensión de nuestra vida y nuestra relación con Dios, de este modo dejamos la puerta abierta a la redargución y corrección de Dios.

Estas son sólo algunas cosas que se pueden eliminar para mejorar nuestras vidas. Muchas veces los grandes logros comienzan por hacer pequeños cambios.

1 Pedro 2:1-2 (NBLH)
|1| Por tanto, desechando toda malicia, y todo engaño, e hipocresías, y envidias y toda difamación,
|2| deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación,

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