Autoconversación: cómo controlarla para mejorar tu vida

En Honor a Su verdad

¿Qué es la autoconversación?

Muchos han oído hablar acerca de la “autoconversación”, últimamente es bastante explotada por los libros de psicología y autoayuda y a veces es presentada como la “solución” para tener una mejor vida, pero ¿qué hay de cierto en estos libros? ¿Se puede usar realmente la autoconversación para mejorar la vida? ¿Es compatible con la fe cristiana?

Antes de adentrarnos a responder esas preguntas, vamos a intentar definir y explicar brevemente qué es la autoconversación. La autoconversación es, básicamente, hablar con uno mismo, es una experiencia común a todos los seres humano y se produce cuando hacemos conversaciones en nuestra mente, generalmente preguntando y respondiendo sobre diferentes situaciones de nuestra vida.

Hablante y oyente

Todos hablamos internamente, hay un diálogo constante dentro de nosotros, son conversaciones internas o mentales que tienen un propósito específico. Los científicos que estudian la mente han comprendido que estas conversaciones nos ayudan a clasificar sentimientos y pensamientos y a determinar nuestro curso de acción. Cuando pensamos en algo, hay una parte de esos pensamientos que se comportan como alguien que habla y pregunta, y otra parte que escucha y contesta, para hacer el análisis de este fenómeno, se ha dividido a las partes que “conversan” en nuestra mente como “hablante” y “oyente”. En ocasiones, el “oyente” añade peso a los argumentos del “hablante”, pero también es frecuente que el “oyente” argumente contra el “hablante”, se produce una lucha interna entre dos opiniones distintas.

Varios científicos creen que la función del “hablante” está controlada por el hemisferio izquierdo del cerebro y la función del “oyente” por el hemisferio derecho, sin embargo, no hay pruebas concluyentes al respecto, aunque esto no afecta para nuestro análisis de la autoconversación. Una parte de nuestra función cerebral (la parte “hablante”), se encarga de procesar la información lógica, de dar orden a los pensamientos, de clasificar y secuenciar las ideas, a esta se le llama el “mente lógica”; la otra parte de nuestra función cerebral (la parte “oyente”), procesa los pensamientos creativos, se encarga de formar nuevos pensamientos en base a la información que se tiene, procesa de forma original los pensamientos e ideas, a esta parte se la llama “mente creativa”. Cuando conversamos internamente, entonces, nuestra mente lógica conversa con nuestra mente creativa y del resultado de esa conversación se impulsan luego nuestras acciones.

La mente lógica se comunica primariamente con palabras, mientras que la mente creativa es más propensa a comunicarse con imágenes, sentimientos, ideas abstractas. La mente lógica tiende a dividir las ideas en simples oraciones, y nos da las “piezas” de un rompecabezas a armar, por otro lado, la mente creativa une esas piezas y da una imagen completa de la situación. Por ejemplo, piensa ahora en tu padre, madre o un ser querido, en seguida tienes una imagen de esa persona, proporcionada por tu lado creativo, ahora bien, si te pido que describas a esa persona, tu parte lógica comenzará a “despiezar” esa imagen para poder describir cada aspecto de esa persona. Lo que han descubierto los científicos que estudian el cerebro y los pensamientos (y que es fácilmente comprobable) es que la parte creativa no necesita de todos los detalles para crear la imagen, sino más bien la experiencia, sin embargo, si quisieras describir a esa persona en quien pensaste, te harían falta muchísimas frases y aun así sería difícil describirla plenamente. Por ejemplo, cuando leemos un libro, una novela de ficción, cada uno de nosotros se hace una imagen distinta del personaje, por más completa que sea la descripción, nunca da una imagen exacta y nuestra mente creativa nos muestra una imagen basada no sólo en la descripción sino en imágenes “precargadas” en la mente. Lo inverso sucede cuando vemos una fotografía, la imagen se copia en nuestra mente y las descripciones están de más.

También se ha detectado que la parte “hablante”, siendo lógica y ordenada, es la parte de nuestra mente que nos impulsa a desarrollar conductas ordenadas, lógicas y disciplinadas. Por otro lado, la parte “oyente”, busca la innovación, es más “impulsiva” y se desinteresa del orden y la disciplina. Todos tenemos estas dos partes “conversando” continuamente en nosotros, y dependiendo de a qué parte “obedezcamos” más, dependerá nuestra conducta en la vida diaria. De allí que las conductas de gran disciplina surgen por una mayor obediencia a la parte lógica y las conductas impulsivas y relajadas surgen del mayor uso de la parte creativa. Esto no implica que una parte sea mejor que la otra, es simplemente cómo funciona el cerebro, el exceso de atención a una de las dos partes siempre redundará el perjuicio, una persona muy “lógica” puede tender a tener un comportamiento inflexible que no le permite hacer cambios en su vida, ni siquiera los que son para bien, por otro lado, una persona que sólo oye la voz de su parte creativa tiende a ser desordenada, impulsiva e inestable. Es necesario desarrollar un equilibrio entre ambas partes para poder tener una vida equilibrada y una mente sana.

¿Cómo funciona la autoconversación?

Debido a que en todo momento tenemos conversaciones internas y en todo momento nuestras elecciones se basan en esas conversaciones, es lógico pensar que si se logra cambiar la conversación interna, se pueden modificar ciertas conductas. Por un lado, hay que reconocer la lucha interna entre ambas “mentes” y saber cómo aprovecharlas. Nuestra parte lógica es la que siempre nos estará recordando “tienes que hacer esto”; “es hora de ir a trabajar”; “debes responder el e-mail que te enviaron”; etc. Por otro lado, la parte creativa busca huir de los deberes, descansar, distraerse, saldrá con argumentos tales como: “hoy hace demasiado calor como para ir a hacer ese trabajo”; “dejemos la obligación y veamos esa serie o novela”; “me estoy divirtiendo tanto, ¿por qué no quedarme hasta tarde aquí?”; etc. Esta lucha constante está presente en cada persona mentalmente sana, en mayor o menor grado.

"Pensamiento positivo" y "Declarar internamente"

Existe una enseñanza propagada por muchas personas de que la autoconversación puede ser controlada y cambiada a través de la repetición voluntaria de palabras o frases. Por ejemplo, si yo pienso constantemente: “¡qué contento que estoy!”, al final el cerebro se lo va a creer y voy a estar contento. Esta clase de enseñanzas vienen de lo que podemos llamar la corriente del “pensamiento positivo”. De aquí también se ha derivado la idea de que lo que uno “declara” internamente, eso sucede, y si yo “declaro” constantemente en mi interior derrota, entonces seré derrotado, y si “declaro” constantemente gozo y paz, entonces esto es lo que tendré. Basado en este tipo de ideas muchos enseñan sobre “el poder de la mente” o “el poder de los pensamientos”. Básicamente, la sugerencia de los defensores de estos métodos es que uno cargue la mente de pensamientos positivos para poder vivir con alegría y paz y sostienen que toda nuestra vida cambiará si cambian nuestras “declaraciones” internas.

Sin embargo, esto no sólo no tiene aval de las Escrituras de Dios, sino que tampoco funciona en la práctica. Muchísima gente ha tenido constantes declaraciones negativas de cosas que al final no sucedieron, cuando yo estaba estudiando, recuerdo que muchos anticipaban los resultados del examen final diciendo “no voy a aprobar, no estudié lo suficiente”, y al final aprobaban el examen, porque recordaban más de lo que pensaban que recordarían, o porque el exámen al final era más sencillo de lo que esperaban. También hay muchos ejemplos de gente que constantemente está “declarando” bendiciones y cosas buenas todo el tiempo y al final esas cosas no suceden. Sin siquiera leer la Biblia, la práctica misma nos muestra que estos sistemas no funcionan. Parte del problema está en que nuestro cerebro es capaz de detectar las mentiras, y sabe cuándo nos mentimos a nosotros mismos. Para dar un ejemplo extremo, supongamos que me repito a mí mismo constantemente “van a aprobarte como investigador en la NASA” y luego envío mi CV a la agencia espacial, mi actitud positiva no va a cambiar el hecho de que no estoy calificado en las áreas que la NASA requiere para sus investigadores, la repetición de una frase no la convierte en realidad, en el fondo sé que me estoy mintiendo al pensar que seré recibido como científico de la NASA. De hecho, aún si estuviese convencido de que sucederá, eso tampoco me convierte automáticamente en alguien calificado para trabajar allí. Voy a necesitar algo más que pensamiento positivo si quiero trabajar en la NASA, voy a tener que educarme y entrenarme apropiadamente y, aún así, tendré que competir con mucha gente muy calificada para poder obtener un puesto así.

¿Qué dice la Biblia acerca de la autoconversación?

Hay dos ejes principales que quiero tratar desde la óptica bíblica, uno es lo que se relaciona con la forma en que trabaja nuestra mente lógica y creativa; y la otra en referencia a cómo mejorar la autoconversación de un modo efectivo y basado en principios bíblicos.

Algunos cristianos con conocimiento sobre la lucha interna entre la mente lógica y la mente creativa, erróneamente han asociado a esta lucha con algunos textos de las Escrituras:

Gálatas 5:16-17 (Mi traducción)[1]
|16| Mas, esto les digo: “anden en espíritu” y así NO, no llevarán-a-cabo los deseos-intensos procedentes de la carne,
|17| porque la carne desea-intensamente contra el Espíritu, y el Espíritu nos produce deseos contra la carne, porque éstos deseos unos-a-otros se-oponen, de-este-modo ustedes no hacen lo que desearían hacer,

Estos versículos nos describen una lucha interna en el creyente, ahora bien ¿es esta lucha interna la misma lucha que hay entre la mente lógica y la creativa? ¡No! Es sencillo darse cuenta de que esta lucha descripta en las Escrituras no es la “lucha de mentes”, porque lo que describe Pablo es una experiencia propia del cristiano, mientras que la lucha entre mente creativa y mente lógica es algo común al cerebro de todas las personas, incluso las incrédulas. El cerebro humano procesa pensamientos humanos y no espirituales, por lo tanto, la lucha interna en una mente humana es sólo en base a pensamientos humanos, no en base a pensamientos espirituales.

Lo que el apóstol Pablo nos muestra es una realidad diferente en el creyente.

1 Corintios 2:14-16 (RVA)
|14| Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente.
|15| En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, mientras que él no es juzgado por nadie.
|16| Porque, ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.

Romanos 12:2 (Mi traducción)
y no sigan-amoldándose a esta ·era, sino sean-transformados con la renovación de la mente, para que, así, ustedes lleguen a comprobar cómo es el deseo de ·DIOS, el cual es benéfico y complaciente y completo.

En 1 Corintios 2:14-16 leemos que el hombre natural (la persona que no ha creído en Cristo como Señor y no ha recibido el don de espíritu santo) no puede comprender los asuntos espirituales de Dios. Esto no significa que no puede comprender el mensaje de salvación de las Escrituras como para creer en Dios y acercarse a Él, lo que no puede hacer es comprender cómo opera Dios en el plano espiritual, para esto hay que tener el don de espíritu santo de Dios, que es la conexión espiritual con Dios. Sin embargo, en el 16 se nos dice que nosotros tenemos “la mente de Cristo”. Por haber creído en Jesús como Señor (Ro. 10:9-10), cada uno de nosotros fuimos hecho parte del “Cuerpo de Cristo” (Ro. 12:4-5; 1 Co. 12:12-27; Ef. 3:6), como tal, estamos conectados espiritualmente con Jesucristo y podemos recibir de sus pensamientos, mediante él podemos recibir una nueva clase de pensamientos que vienen “desde lo alto”. El mismo concepto está en Romanos 12:2, Dios hizo una “renovación de nuestra mente”, por medio de Cristo nos envía pensamientos sobre-humanos por medio de los cuales busca transformar nuestra vida para santidad y gloria.

Ahora bien ¿cómo se conecta esto con lo que veníamos viendo de la mente lógica y la mente creativa? Bien, aquí está la clave: nuestra mente lógica y creativa deben funcionar en base a la información que han recibido, la mente por sí sola no puede generar pensamientos espirituales, sólo procesa la información recibida. En el tiempo en que una persona es incrédula, sólo puede recibir pensamientos, ideas, sensaciones, etc., a través de sus 5 sentidos, pero en el momento que creemos en Jesús como Señor, pasamos a recibir pensamientos de parte de Dios, sumados a los que recibimos por los 5 sentidos. Dios no cambia nuestros pensamientos, no piensa por nosotros, pero sí nos da una nueva fuente de pensamientos.

Entonces, ahora vemos que hay dos fuentes de pensamientos: (1) los 5 sentidos; (2) Dios a través del don de espíritu santo. Nuestra mente lógica y nuestra mente creativa seguirán funcionando del mismo modo, sólo que ahora tienen un nuevo punto de ingreso de información a considerar. Releamos Gálatas 5:16 y 17:

Gálatas 5:16-17 (Mi traducción)
|16| Mas, esto les digo: “anden en espíritu” y así NO, no llevarán-a-cabo los deseos-intensos procedentes de la carne,
|17| porque la carne desea-intensamente contra el Espíritu, y el Espíritu nos produce deseos contra la carne, porque éstos deseos unos-a-otros se-oponen, de-este-modo ustedes no hacen lo que desearían hacer,

Pablo describe una lucha de “deseos” aquí, pero no entre mente creativa y mente lógica, sino entre “carne” y “espíritu”. Pablo llama “carne” a los deseos que provienen de nuestro interior que son contrarios a la voluntad de Dios y “Espíritu” a esos deseos que el Señor Jesucristo pone en nuestro corazón, siendo la Cabeza del Cuerpo.

Romanos 7:14-23 (Mi traducción)
|14| Porque hemos-comprendido que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, he-sido-vendido bajo el Pecado.
|15| Porque NO conozco lo que realizo, porque eso que deseo practicar, NO lo practico-continuamente, por-el-contrario, aquello que detesto, eso sigo-haciendo.
|16| Pero si sigo-haciendo eso que NO deseo practicar, concuerdo: ¡la ley es buena!
|17| Pero ahora ya-no soy yo el que estoy-realizando esto, sino el Pecado que habita en mi;
|18| porque he-comprendido que la capacidad para hacer lo benéfico NO habita en mí, esto es, en mi ·carne, porque el desear hacer lo que es bueno continuamente-está-siendo-puesto-junto-a mí, pero el realizarlo NO,
|19| porque NO estoy-haciendo lo benéfico que deseo practicar, por-el-contrario, continuamente-practico eso malo que NO deseo hacer.
|20| Pero si [yo] estoy-haciendo eso que NO deseo, ya-no lo estoy-realizando yo mismo, sino el Pecado que habita en mi.
|21| Por-lo-tanto estoy-hallando que la ley de DIOS me guía, ya que yo deseo hacer lo bueno, aunque lo malo continuamente-está-siendo-puesto-junto-a mí.
|22| Porque me-estoy-deleitando-junto-con la ley de ·DIOS conforme opera en mí el hombre interior.
|23| Pero estoy-observando una ley diferente en mis ·miembros, que está-combatiendo-contra la ley de DIOS que está en mi ·mente y me está-aprisionando.

Lo que Pablo describe aquí, es una lucha entre dos fuentes de deseos internos, por un lado está la “carne”, que desea el pecado y por otro lado está la obra de Dios en nosotros, que nos hace desear hacer Su voluntad. Esto completa nuestra información y es así que nos está mostrando que hay tres fuentes de información en total: 1) los 5 sentidos; 2) Dios, por medio del espíritu santo; 3) la “carne”, nuestro interior corrompido. Nuestro interior fue corrompido por el Diablo cuando Adán desobedeció y comió el fruto prohibido y por eso de nuestro interior vienen deseos de hacer cosas contrarias a la voluntad de Dios, de nuestro interior vienen deseos egoístas que impulsan acciones pecaminosas:

Gálatas 5:19-21 (Mi traducción)
|19| Porque las obras de la carne son evidentes, éstas son: la relación-sexual-pecaminosa, impureza, comportamientos-carentes-de-restricción-moral,
|20| idolatría, hechicería, enemistades, contienda, celo, furias, corruptas-ambiciones-egoístas, disensiones, sectarismo,
|21| envidias, homicidios, borracheras, fiestas-descontroladas y las cosas que son semejantes a éstas, por las-cuales les estoy-diciendo-previamente, así-como dije-previamente, que los que practican tales cosas NO heredarán el reino de DIOS.

Todos tenemos desde el interior pensamientos y deseos pecaminosos, todos en algún momento pensamos hacer algunas de estas cosas enumeradas y quizá las hacemos o las hemos hecho en el pasado. Esto es porque estas cosas parten de los “deseos de la carne”, de nuestro interior corrompido. Esta carne corrompida no va a heredar el reino de Dios, eso que nos induce al pecado no puede vivir para siempre. Sin embargo, nosotros viviremos para siempre porque Dios hará morir esa parte carnal y nos resucitará con una nueva vida espiritual en santidad.

Pero lo importante aquí es notar que, en definitiva, hay dos luchas internas: una es la lucha entre los deseos de pecado que vienen de nuestra naturaleza corrompida vs. los pensamientos que Dios pone en nosotros a través de Su espíritu; y la segunda lucha es entre nuestra mente creativa y nuestra mente lógica. La mente creativa y la mente lógica no “crean pensamientos”, sólo los procesan, lo que procesan es lo que viene de nuestro interior corrompido, lo que proviene de Dios y lo que proviene de los 5 sentidos. Luego nosotros debemos tomar las decisiones sobre cómo actuar en base a toda esa información procesada.

dirigir los pensamientos correctamente

Romanos 12:3-4 (Mi traducción)
Porque digo ahora, mediante la gracia, la que me ha-sido-dada, que todo el que está entre ustedes no debe dirigir-los-pensamientos-en-exceso, más-allá-de lo que es-necesario dirigir-los-pensamientos, sino que debe dirigir-los-pensamientos de-modo-de llegar al punto de dirigir-los-pensamientos-de-forma-sana, cada-uno conforme a la medida de fe que ·DIOS repartió.

La traducción que hice puede verse un poco confusa a simple vista, pero traté de reflejar lo más exactamente posible a la lectura del texto griego, la cual se pierde en la mayoría de las versiones al español, debido a que simplificaron el texto. Está bien que los traductores hayan querido dar un sentido más claro al pasaje, pero al hacerlo le han quitado cierta fuerza al texto original, que tiene un gran énfasis puestos en la responsabilidad del creyente de dirigir correctamente sus pensamientos.

Pablo aquí hace un juego de palabras para dar extremo énfasis al hecho de que debemos aprender a dirigir los pensamientos de modo adecuado. Dios genera en nosotros buenos deseos (Fil. 2:13), pero en el interior nuestro se generan también deseos de pecado (Gá. 5:17), estas dos fuentes de información están fuera de nuestro control, no podemos apagar el flujo de deseos proveniente de nuestra carne, ni podemos aumentar el flujo de información proveniente de Dios, pero hay una fuente de información que sí podemos controlar: la que recibimos mediante los 5 sentidos.

La única fuente de información que podemos controlar es la que proviene de los 5 sentidos. Por supuesto, no podemos anular toda influencia negativa del mundo que nos rodea, pero sí podemos tomar decisiones que nos ayuden a eliminar el exceso de información negativa que ingresa por los 5 sentidos e incrementar la información positiva (de Dios) que ingresa por éstos.

En Lucas 8:11 Jesús compara a la palabra de Dios con una “semilla”. En Gálatas 5:22 se nos dice que el andar conforme al Espíritu produce un fruto con al menos nueve características allí enumeradas: amor, gozo, paz, temple, benevolencia, benignidad, fe, mansedumbre y dominio propio. Gálatas 6:8 nos dice que el que siembra para su carne cosechará corrupción y el que siembra para el Espíritu cosechará vida de la era (refiriéndose al tipo de vida que viviremos en la era venidera). Hay dos tipos de semilla que podemos plantar y es nuestra elección diaria cuál es la semilla que plantaremos. Mientras más plantamos y regamos la semilla de la Palabra, leyendo las Escrituras, considerando su mensaje, orando y obedeciendo a Dios, más fruto espiritual cosecharemos, lo cual redundará en una mejor calidad de vida; pero si nos empeñamos en sembrar deseos pecaminosos estos darán a luz acciones pecaminosas que nos traerán corrupción y muerte.

Crecimiento basado en las Escrituras:



Como dije, no podemos apagar el llamado interno al pecado, ni tampoco obligar a Dios a inundar nuestros pensamientos con cosas buenas, pero sí podemos controlar lo que ingresamos por medio de los cinco sentidos. Aquí es donde entra el aspecto práctica de la autoconversación para el cristiano. Sabemos que los pensamientos positivos por sí solos no pueden producir resultados, porque no tienen poder más allá de nuestras limitaciones humanas. Sin embargo, si lo que introducimos en nuestra mente son las promesas de Dios, el panorama es muy distinto. Si confiamos en que Dios es un Dios fiel y poderoso para cumplir Sus promesas e introducimos Sus promesas en nuestra conversación interna, lo que haremos es ir sustituyendo pensamientos de derrota que están basados en nuestras limitaciones humanas, por pensamientos de victoria que están basados en la obra de Dios en Cristo en nosotros ¡y eso sí puede cambiar nuestras vidas!

2 Timoteo 3:16-17 (RVA)
|16| Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia,
|17| a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra.

Noten que Pablo no promete a Timoteo que Dios le daría toda la sabiduría directamente como para capacitarlo para toda buena obra, sino que dice que toda Escritura que es inspirada por Dios es útil para esa instrucción y capacitación necesaria. Si bien Dios actúa en nosotros, Él no lo hace prescindiendo de las Escrituras, sino como complemento de lo que Él ha dejado por escrito. A través de las Escrituras de Dios somos instruidos en el camino correcto, se nos señala el error cuando nos desviamos (esto es lo que “redargüir” significa) y se nos lleva de nuevo al camino correcto (la corrección). Con esto somos instruidos para alcanzar madurez en el entendimiento de la justicia de Dios y en esa madurez llegamos a estar completos (ese es el sentido de la palabra “perfectos”), para toda buena obra, o sea, para hacer lo que Dios requiere de nosotros.

Conclusión

Resumiendo:

1) Hay dos formas de pensamiento que funcionan en nuestro cerebro que son: el pensamiento lógico y el pensamiento creativo, éstos en ocasiones entran en conflicto entre sí.

2) En el interior de toda persona se generan pensamientos y deseos que impulsan al pecado. En el creyente Dios actúa poniendo también pensamientos y deseos que le impulsan a hacer Su voluntad, además, los 5 sentidos constituyen una tercera fuente de ingreso de pensamientos.

3) La única fuente de información que podemos controlar es la de los 5 sentidos.


Nuestra conversación interna entre la parte lógica y la parte creativa va a estar basada en toda la información que ingrese a nuestra mente por esas tres vías. Como sólo podemos decidir sobre lo que ingresamos por los 5 sentidos, nuestra tarea es comenzar a cambiar la información que entra por los 5 sentidos e “inclinar la balanza” hacia lo bueno con una buena “dieta de pensamientos”, ingiriendo una diaria dosis de las Escrituras de Dios y tratando de consumir lo menos posible de televisión basura, conversaciones necias, groseras o infructuosas, lecturas improductivas, películas y videos indecorosos, etc. A su vez, a la hora de pensar y meditar en nuestras vidas, debemos dejar que las promesas de Dios que hemos aprendido tomen preeminencia en nuestras decisiones, por encima de todo el resto de información del mundo que nos contraría en nuestros pensamientos.

No vamos a lograr cambiar todos nuestros pensamientos y estilo de vida de la noche a la mañana, tampoco vamos a lograr una perfecta santidad en un par de semanas, de hecho, no podemos acallar jamás la voz del pecado de nuestro interior, esto sólo será posible cuando seamos transformados en cuerpo espiritual, para vivir para siempre con Dios (1 Co. 15:53-54). Sin embargo, aplicando estos principios en nuestras vidas, podremos evidenciar mucho fruto espiritual y vivir bendecidos en la espera de nuestra reunión con nuestro Señor Jesucristo.

Proverbios 1:20-23 (RVA)
|20| La sabiduría llama en las calles; da su voz en las plazas.
|21| Proclama sobre las murallas, en las entradas de las puertas de la ciudad pronuncia sus dichos:
|22| “¿Hasta cuándo, oh ingenuos, amaréis la ingenuidad? ¿Hasta cuándo los burladores desearán el burlarse, y los necios aborrecerán el conocimiento?
|23| ¡Volveos ante mi reprensión! ¡He aquí, yo os manifestaré mi espíritu y os haré saber mis palabras!

Proverbios 2:10-15 (RVA)
|10| Cuando la sabiduría entre en tu corazón y el conocimiento sea agradable a tu alma,
|11| te guardará la sana iniciativa, y te preservará el entendimiento.
|12| Te librará del mal camino, de los hombres que hablan perversidades,
|13| que abandonan las sendas derechas para andar en caminos tenebrosos,
|14| que se alegran haciendo el mal y que se gozan en las perversidades del mal,
|15| cuyos senderos son torcidos y perversos sus caminos.


NOTAS: La información sobre las versiones de la Biblia citadas en este estudio y otros puede obtenerla en la página de REFERENCIAS DE LAS VERSIONES DE LA BIBLIA


[1] Esta es mi propia traducción en base al texto griego del Nuevo Testamento. Para ver la traducción completa y detalles y comentarios acerca de ésta, pueden dirigirse a mi proyecto de traducción del Nuevo Testamento.



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