El débil en la fe

En Honor a Su verdad



Romanos 14:1 – “Pero al que está-débil en la fe acérquenlo-a-ustedes...”

Como hemos aprendido nuestro desarrollo y crecimiento en la fe se produce en forma conjunta cuando todo el Cuerpo está ligado a Cristo y cada miembro coopera con los otros, edificándose mutuamente. Teniendo esto en cuenta, veremos un pasaje de las Escrituras que nos enseña cómo debiéramos actuar para propiciar el crecimiento en la fe de todos los miembros del Cuerpo.

Para esta sección, utilizaré nuevamente mi propia traducción de la Biblia, explicando los puntos más importantes.

Romanos 14:1 (Mi traducción)
Pero al que está-débil en la fe acérquenlo-a-ustedes, pero no para exponer los discernimientos que hacen sobre sus razonamientos.

En este versículo la palabra griega que he traducido como “acérquenlo-a-ustedes” es proslambanö.  Esta palabra es la unión de pros: “cerca de, al lado, hacia, para” y lambanö: “tomar, recibir”. Significa primariamente “recibir cerca de” y, de ahí: “recibir como compañero o amigo” y también: “poner aparte, llevar aparte acercando hacia uno”, no con el sentido de alejar, sino de hacer un lugar especial con un propósito específico. A veces tiene el sentido de “llevar aparte para dar asistencia, ayuda o consejo”. En distintas versiones podemos hallarla traducida, en este versículo, como “recibir, dar la bienvenida, acoger, ser comprensivos con, aceptar”. Con esta traducción yo quise enfatizar el sentido de “cercanía” que tiene esta palabra.

Por otro lado, en el texto griego leemos literalmente (en la segunda mitad del versículo): “no para discernimientos de razonamientos”. La palabra “discernimientos” es en griego diakrisis, que denota un  “análisis que se hace sobre un asunto o cosa, con el fin de llegar a alguna conclusión al respecto”. Esta palabra implica ambas cosas: el análisis que se hace y la conclusión que se obtiene en base a ese análisis, de ahí que a veces se traduce “juicio”. “Discernimiento de razonamientos” se refiere a un análisis que se hace del razonamiento de otra persona con el fin de dar un “juicio” sobre esa persona. Lo que hoy llamaríamos “hacer un juicio de valores”.

Entonces, este versículo nos está comunicando que la voluntad de Dios es que quien es maduro en la fe acerque hacia sí al débil, que lo tome aparte, que le dé un cuidado especial, pero no para hacer un análisis de sus razonamientos y un juicio de valores sobre esa persona, los versículos siguientes nos explican el por qué.

Romanos 14:2-3 (Mi traducción)
(2) Uno que es maduro, por-un-lado, cree que tiene permitido comer toda-clase-de alimentos, pero el que está-débil en la fe sólo come vegetales.
(3) El que suele-comer, no desprecie al que no suele-comer, pero el que no suele-comer, no juzgue al que suele-comer, porque ·DIOS a este-mismo llevó-aparte-consigo.
Pablo pone como ejemplo de “debilidad” en la fe el hecho de comer sólo vegetales y no comer carne. Conforme a la instrucción bíblica, Dios había catalogado ciertos animales como “limpios” y estaba permitido comerlos (leer levíticos 11), sin embargo, había en aquellos tiempos personas que consideraban la carne como un alimento “impuro”. En el versículo 2 Pablo dice que un creyente maduro cree (correctamente), que tiene permitido comer toda clase de alimentos, pero el que en esa área es débil en la fe sólo come vegetales (porque creer que comer carne es pecado). Dios entonces dice que el que suele comer no debe despreciar al que no suele comer, y que el que no suele comer, no debe juzgar al que suele comer. Esto es un juego de palabras donde “suele comer” puede entenderse como “suele comer sólo vegetales” o “suele comer toda clase de alimentos”. Si bien la primera opción es la que mejor encaja en el contexto, la omisión de palabras nos genera una dualidad que quizá está destinada a señalar que ningún creyente (ya sea maduro o débil en la fe) debe juzgar ni menospreciar a otro creyente cristiano (sea maduro o débil en la fe). En definitiva, estas instrucciones están puestas como ejemplo para que si hay diferencias de creencias (entre cristianos) en cuanto a ciertas prácticas en particular (que no ponen en riesgo la relación con Dios), que no se genere división, sino que vayan creciendo juntos en su fe y obediencia a Cristo. Si Dios no ha rechazado a esa persona, nosotros no tenemos derecho a rechazarla tampoco.

Romanos 14:4 (Mi traducción)
¿Tú quién eres? Pregunto al que está-juzgando al sirviente-doméstico ajeno. Él para el propio Señor se-para-firme o cae, pero será-afirmado, porque el Señor tiene-poder para afirmarlo.

En este versículo Pablo hace una pregunta retórica, que intenta hacer reflexionar al cristiano acerca de la posición de otro cristiano en Cristo. La otra persona no me sirve a MÍ, por lo tanto, yo no tengo derecho a juzgar Su servicio, sino el Señor a Quien sirve. De este modo, es sólo el Señor el que puede juzgar el andar de un creyente y tomar decisiones al respecto. Por esto, si el Señor Jesucristo no nos diera una instrucción específica sobre qué hacer con determinada persona, nuestra tarea será velar por su edificación y crecimiento.

Romanos 14:5-9 (Mi traducción)
(5) [Porque] hay quien, por-un-lado, juzga un día como siendo mejor que otro día, y-por-otro-lado, hay quien juzga que todo tipo de día es de igual valor, cada-uno sea-llevado-a-la-plenitud de entendimiento en su ·propia mente.
(6) El que dirige-los-pensamientos de modo especial con respecto al día, para el Señor está-dirigiendo-los-pensamientos de ese modo; y el que come algo en particular, para el Señor está-comiendo aquello, porque agradece a ·DIOS; y el que no come algo, para el Señor NO lo está-comiendo y agradece a ·DIOS.
(7) Porque ninguno de nosotros está-viviendo para sí, y ninguno de nosotros está-pereciendo para sí.
(8) Así-que, entonces, si vivimos, para el Señor estamos-viviendo y si perecemos, para el Señor estamos-pereciendo. Entonces, ya-sea que vivamos, ya-sea que perezcamos, del Señor somos,
(9) porque para esto Cristo pereció y ahora vive: para ejercer-señorío tanto de muertos como también de aquellos que están-vivos.

No voy a hacer un análisis extenso de toda esta sección, sencillamente mencionaré que todo este pasaje nos está señalando cuál debe ser la actitud del cristiano con respecto a sus acciones en su vida cotidiana. Algunos creyentes creen que deben separar ciertos días de sus vidas para dedicarlos a Dios (como la Navidad, año nuevo, Pascuas, etc.), otros creyentes consideran todos los días iguales y quizá separen ciertos momentos para Dios cuando la situación lo requiera, sin fijarse en la fecha. Aquí se nos dice que no es necesario hacer problemas a causa de las fechas, siempre y cuando uno haga lo que hace con un corazón dispuesto a servir al Señor.
Cabe aclarar que cuando aquí se habla de “perecer”, esta palabra “perecer” aparece como una acción continua y progresiva. En el versículo 8, al decir “estamos-pereciendo”, conforme al modo verbal griego, puede expresar una acción que se está haciendo en el momento: “estamos pereciendo” o una acción que está en progreso: “vamos pereciendo” o “progresivamente perecemos”. Esto indica que no es una acción hecha una vez en el tiempo, por lo cual no puede referirse a dar la “vida por Cristo”, sino que está relacionada con aquello que vimos en Colosenses 3:5, de “hacer morir” lo terrenal en nosotros. En otras palabras, la instrucción que Pablo da aquí es a hacer todo para el Señor, aquello que “vivimos”, aquellas cosas que HACEMOS en nuestras vidas, deben hacerse para el Señor (y conforme a Su voluntad), pero también aquellas cosas a las que morimos, que son aquellos hábitos o prácticas que DEJAMOS DE HACER, también debemos dejarlas para el Señor (y conforme a Su voluntad). Esto es porque uno también puede “vivir”  (hacer cosas) o “morir” (dejar de hacer cosas) por otros motivos, tales como el amor propio, el deseo de ganar el amor o favor de una persona determinada, por ganar dinero, para alcanzar fama, poder, gloria, etc.

Lo que debemos aprender es a andar diariamente conforme a la voluntad del Señor y vivir para Él, dejando de lado todo otro motivo personal, egoísta o que no glorifique a Dios.

Romanos 14:10-11 (Mi traducción)
(10) Pero tú: ¿por-qué estás-juzgando a tu ·hermano?; o también tú: ¿por-qué estás-despreciando a tu ·hermano? Porque recuerden que todos nos-presentaremos ante el estrado de ·DIOS;
(11) ya-que ha-sido-escrito: “vivo yo (dice el SEÑOR), que ante se doblará toda rodilla, y toda lengua en-voz-alta-dirá-con-franqueza: 'éste es el verdadero DIOS'”.
(12) Por-lo-tanto [consecuentemente] cada-uno de nosotros dará una declaración con-respecto-a sí-mismo [ante ·DIOS],
(13) así que ya-no sigamos-juzgándonos unos-a-otros, sino, mejor, juzguen esto: el no poner piedra de golpe al hermano, ni trampa.

En estos versículos Pablo alienta a los cristianos a no juzgar ni despreciar a sus hermanos en Cristo, ya que todos, por haber aceptado a Cristo como Señor, se presentarán ante el estrado de Dios. Dios nos ha aceptado como Sus hijos, por lo tanto, no deberíamos nosotros rechazar a aquellos a quienes Dios mismo aceptó, ni mucho menos serles de obstáculo o trampa.

Romanos 14:14-15
(14) He-comprendido y he-sido-persuadido en el Señor Jesús que nada es impuro por sí-mismo, si no que para el está-considerando que algo es impuro, para esa persona eso es impuro.
(15) Pero si por una comida tu ·hermano es-entristecido, ya-no estás-andando conforme a un estándar de amor. ¡No arruines, con tu ·comida, a aquél en-favor-de quien Cristo pereció!

En el versículo 14 la palabra “nada” debe entenderse en su uso contextual como “nada de lo que Dios no cataloga expresamente como 'impuro'”. Hay cosas que Dios cataloga como “impuras”, por eso en Apocalipsis leemos que éstas cosas no entrarán en el paraíso que Dios establecerá en el futuro (Ap. 21:27). El contexto nos viene hablando de casos de personas que por su debilidad en la fe consideran “impuras” o pecaminosas cosas que Dios ha permitido. Entonces Pablo dice que si yo realizo un acto “puro” o permitido por Dios pero lo hago pensando que esto es contrario a la voluntad de Dios, ese acto será “impuro” y estaré pecando al hacerlo.
En el 15 Pablo va más allá y nos dice que si sabemos que lo que comemos es “puro”, pero para otro creyente inmaduro eso es “impuro”, deberíamos evitar comerlo para no causar tristeza o tropiezo en nuestro hermano. Esto no sólo con la comida, sino con cada cosa que hacemos, si nuestras acciones pueden causar tropiezo en el entendimiento u obstaculizar la relación de otro cristiano con Dios, es mejor abstenernos de actuar por causa de esa persona.

Romanos 14:16-19 (Mi traducción)
(16) Por-lo-tanto, que lo benigno no sea-difamado a causa de ustedes.
(17) Porque en el reino de ·DIOS NO es primordial la comida y la bebida sino la justicia y la paz y el gozo en espíritu santo
(18) y el que en este ámbito está-actuando-como-esclavo de ·Cristo es complaciente para con ·DIOS y será aprobado por los hombres.
(19) Por-lo-tanto, consecuentemente, busquemos-con-esmero hacer las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que producen la edificación, la de unos por otros.

El apóstol Pablo ahora nos señala el por qué de todas estas instrucciones, haciéndonos enfocar nuestros pensamientos en un plano más alto: el reino de Dios. En el reino de Dios no es de primordial importancia la comida, sino la justicia, la paz y el gozo en espíritu santo. Esto significa que para Dios lo más importante es que los cristianos actúen conforme a Su guía espiritual y vivan con justicia, en paz y llenos de gozo. Por esta causa Dios nos alienta a esmerarnos en buscar todo lo que contribuye a la paz y a la edificación de todos los cristianos.

Romanos 14:20
(20) No sigas-derribando la obra de ·DIOS a-causa-de una comida. Ciertamente todas las cosas están limpias, pero es malo que el hombre coloque un obstáculo de golpe por-medio-de lo que está comiendo.
(21) Bueno es el no comer carne-de-animal, ni beber vino, ni hacer alguna otra cosa con que tu ·hermano se-esté-golpeando.
(22) Tú [que] tienes fe, según tú-mismo, tenla delante-de ·DIOS. ¡Feliz el que no se está-juzgando a sí-mismo en aquello que aprueba!
(23) Pero el que se-divide en la mente, si comiere, ha-sido-condenado, ya-que NO actúa desde fe, porque todas las cosas que NO se hacen desde fe son pecado.

En el versículo 20 Pablo da la instrucción de dejar de derribar la obra de Dios a causa de la comida, o sea, si lo que comemos puede perjudicar a otro creyente “débil en la fe”, aunque esa comida sea correcta y aprobada por Dios, deberíamos no comerla en esa circunstancia, para no perjudicar al otro.

El ejemplo de la comida puede tomarse como una instrucción general a buscar la paz y la edificación y a no colocar obstáculos con el que otros puedan golpearse, en ninguna situación o actividad de nuestras vidas.

En el versículo 22 nos comunica que aunque uno esté plenamente seguro de que ciertas acciones que hace son conforme a la voluntad de Dios, de todos modos hay que también tomar en cuenta cómo pueden esas acciones afectar a la fe de otros cristianos. Si yo estoy seguro de que cierta acción es correcta delante de Dios, pero sé que puede afectar al entendimiento o la fe de otro creyente, entonces no la haré, para que no perjudique a esa persona, o la haré cuando esté a solas con Dios, o con otros creyentes maduros, o cuando la persona en cuestión haya madurado en su entendimiento de la voluntad de Dios. El versículo 23 debe entenderse en este contexto, si yo estoy dividido en la mente (teniendo dudas) sobre si hacer algo o no, si lo hago, estaré pecando, porque no lo hago con fe (con plena certeza en la información dada por Dios).

Este pasaje concluye diciendo: “todas las cosas que no se hacen desde fe son pecado”, esto quiere decir que todo aquello que no hacemos en obediencia a una información dada por Dios es pecado. La diferencia entre “pecado” y “transgresión” es que una “transgresión” consiste en infringir una “ley” de Dios, por otro lado, el “pecado” es mucho más amplio, ya que consiste en no actuar en plena conformidad a la voluntad de Dios. Una vida sin pecado sería equivalente a vivir tal como vivió Cristo, Quien dijo que no hacía nada que no oyera del Padre (Jn. 5:30).

En conclusión, este pasaje de las Escrituras nos alienta a no juzgar ni menospreciar a otros hermanos en Cristo, ya sea porque son más débiles en la fe (o en ciertas áreas de fe) que nosotros, o porque son más fuertes.

En este pasaje se instruye específicamente a quien es más fuerte o maduro en la fe a dar un buen recibimiento y un cuidado especial a aquellos que están débiles en ciertas áreas de fe, tratando de no ponerles tropiezo con nuestras acciones, sino cuidándonos mucho más en lo que hacemos, para poder brindarles edificación. El punto central de esta instrucción es tener en cuenta que lo importante para Dios es la justicia, la paz y el gozo en espíritu santo, por lo cual debemos buscar relacionarnos estrechamente con Él y pedirle sabiduría sobre cómo actuar y estar atentos sobre qué acciones nuestras podrían obstaculizar la fe de otros, para así evitarlas y contribuir a la paz y la edificación de todo el Cuerpo de Cristo.












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