Los nombres y el orden de los libros del Antiguo Testamento

En Honor a Su verdad

Escrito por E.W.Bullinger – Revisado por Bill Powell (Nov. 1998)


Traducido al español por Pablo Pereyra



El siguiente trabajo es un breve resumen y revisión del trabajo de Bullinger sobre “Los nombres y el orden de los libros del Antiguo Testamento.”


La división de la Biblia en el Antiguo Testamento emplea una terminología confusa, incorporando una división errónea del tema principal e incluye una cantidad errónea de pactos hechos por Dios. La palabra “testamento” ha sido cambiada por la palabra “pacto”. La raíz hebrea de la palabra “pacto” significa “corte” y se refiere a l sangre que era derramada cuando se hacía un “pacto de sangre”, este tipo de pacto era irrevocable. Una vez que era hecho un pacto de sangre, ninguna parte podía hacer alguna alteración sin romper el pacto. En la Biblia Dios hizo tres pactos con el hombre, no dos. Hizo un pacto con Noé, con respecto a la protección futura de la Tierra en cuanto a los diluvios, hizo un pacto con Abraham como “El Shaddai” (en hebreo) e hizo un nuevo pacto para el futuro, ratificado con la sangre de Jesucristo y confirmado en una administración futura. El “Nuevo Testamento” aún no ha comenzado sino que comenzará luego del retorno de Cristo. En la iglesia griega se usaba el término “Antiguo Pacto” (Jeremías 31:32; Éxodo 24:7 y 1 Corintios 3:14). “Antiguo Pacto” era de uso popular en el segundo siglo y ha llegado hacia nosotros a través de la Vulgata como “vestus testamentum” o “Antiguo Testamento”.
En reconocimiento al valor de los padres de la iglesia, uno debe recordar sus fundamentos como se describe en las escrituras:

Hechos 20:29-31
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado;
Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para arrastrar tras sí a los discípulos.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

2 Timoteo 1:15
Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.

Al final del primer siglo la única procesión apostólica estaba formada por estos lobos rapaces. Tenemos que buscar en las Escrituras mismas, no en las tradiciones de la iglesia que han sido colocadas por lobos rapaces vestidos como corderos.

No hay autoridad escritural para el término moderno “Biblia”. De hecho, en el tiempo de Cristo los términos comunes eran:

·         Las Escrituras o los escritos (Mateo 22:29; Hechos 18:24)
·         Santas Escrituras (Romanos 1:2)
·         Letras o cartas Sagradas (Timoteo 3:15)
·         Los veinticuatro libros (cantidad de libros desde Génesis hasta Malaquías).
·         El libro (Nehemías 8:8)

En Lucas 24:24 Jesucristo dividió al Antiguo Testamento en tres grupos: la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos. Los nombres hebreos para estas tres divisiones son: Torah: la Ley; Nebee-eem: los profetas; y Kethuveem: los escritos (llamados Salmos o Hagiographia por los griegos). Las letras iniciales de estas tres formaban la palabra T’nac, que era una palabra usada comúnmente por los judíos así como los cristianos usamos la palabra “Biblia”. El hecho de que los otros escritos son llamados “los” otros escritos, indica que son una serie de escritos fijos y bien conocidos. Cuando Cristo mencionó a Abel y a Zacarías juntos, se refería al primer y último libro del canon hebreo (Génesis y Crónicas), incluyendo todo el derramamiento de sangre que hubo entre ellos.


Con la revelación del gran misterio que ha sido mantenido en secreto la Palabra de Dios fue hecha completa. La palabra aramea usada para “completo” está colocada en su forma intensiva, indicando que la revelación está completamente, completamente, absolutamente completa. Nueva revelación queda excluída por esta y otras escrituras. La mayor necesidad del creyente no es, entonces, descubrir nuevos puntos de vista y opiniones en búsqueda de la “verdad presente” sino leer y entender lo que Dios ya reveló en Su Palabra.

Colosenses 1:25-26
De la cual fui hecho ministro, según la dispensación de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente [“para que complete”, según el texto] la palabra de Dios,
 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

Basados en Zacarías 1:4 y 7:7,12, los profetas pueden ser divididos en primeros profetas, que eran principalmente históricos (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y los últimos profetas, que eran primordialmente predictivos.

EL TORAH:
1 – Génesis
2 – Éxodo
3 – Levítico
4 – Números
5 – Deuteronomio

LOS PROFETAS


Primeros profetas:
6 – Josué
7 – Jueces
8 – Samuel (forman un solo libro)
9 – Reyes (forman un solo un libro)

Últimos profetas:
10 – Isaías
11 – Jeremías
12 – Ezequiel
13 – Profetas menores* (forman un solo libro)

*menores en tamaño, no en importancia.

LOS ESCRITOS (orden dado en la temprana versión de los cinco Megilloth)


14 – Salmos (forman un solo libro)
15 – Proverbios
16 – Job
17 – Cantar de los cantares
18 – Rut
19 – Lamentaciones
20 – Eclesiastés
21 – Ester
22 – Daniel
23 – Esdras- Nehemías (forman un solo libro)
24 – Crónicas (forman un solo libro)





Génesis: B’resheeth El libro del comienzo

La palabra “Génesis” es la transliteración de la palabra griega genesis, usada por los filósofos alejandrinos en referencia al origen del Universo. El título original: B’resheeth significa “en el comienzo”.
Génesis contiene el comienzo no sólo de la Tierra, la vida, el hombre, el pecado, la muerte y de Israel, sino que también contiene el comienzo del tema central de la Biblia: la enemistad entre las dos simientes, la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer, que es Cristo. Este conflicto comienza en Génesis, continúa a lo largo de todo el Antiguo Testamento, los evangelios, hechos y las epístolas, y es resuelto en Apocalipsis. Lo que comienza en Génesis, termina en el Apocalipsis. El libro del comienzo señala el hecho de que sin el así llamado “Nuevo Testamento”, la revelación Divina estaría incompleta. Ha sido correctamente llamado el “semillero” de toda la Biblia.

Éxodo: V’elleh Shemoth – El libro de los nombres

Mientras que Génesis comienza con el hombre en el Edén, en perfección, Éxodo comienza en Egipto, en ruina. Muestra cómo será redimido el hombre fuera del Edén. Dios, en un principio, revela aquí Su nombre (en 3:13-15) y luego se revela más ampliamente (6:3; 33:19; 34:5-7).
Él conoce a sus redimidos por nombre (33:12,17). Los nombres de los redimidos están grabados en piedras sobre los hombros (28:9-12) y en el pectoral (28:15-21). Los nombres de los redimidos fueron llevados al Santo de los Santos (el lugar santísimo) delante del trono de misericordia cubierto con la sangre del cordero.
La redención se menciona por primera vez en Éxodo. Todo indica que la redención es específica y particular y que el pueblo de Dios es redimido por nombre. La redención se menciona por primera vez en Éxodo (15:13). El nombre del Redentor: “Jah”, es revelado por primera vez en Éxodo. Todo indica que la redención es específica y particular, y que el pueblo de Dios es redimido por nombre. La redención, saliendo de Egipto hacia la tierra es descripta como comenzando con un clamor al Señor basado en el pacto y con Dios escuchando aquel pedido, conforme a Su voluntad, y levantando a Moisés en respuesta.

   Levítico: “Vayichrah” – El libro del llamamiento

El nombre “Levítico” proviene del latín “leviticon” que significa “relativo a los levitas”. La palabra hebrea es “Va-yich-rah” y significa “Y Él llamó”. Este libro no sólo muestra la actividad de los levitas. Aquí se proclama el acceso de los redimidos al santuario de Jehová en adoración, por el llamado de Dios. Nadie puede aproximarse y adorar verdaderamente si no es llamado por el Padre, quien busca a los que le adoren (Juan 4:24). El título es el comienzo del libro, que lee: “Y llamó Jehová a Moisés”. El libro va a revelar cómo deben hacerse las ofrendas para adorar si es que alguien desea hacerlo. El “llamado” es, entonces, a adorar. Levítico es el libro del acceso, el libro del santuario y el libro de la adoración.
Ningún otro libro registra tanta cantidad de palabras registradas por el Espíritu Santo, habladas directamente por Jehová. Sólo Él determina quién puede acercarse, cómo debe acercarse, y cómo hay que adorarlo. Nada queda bajo determinación del hombre, no hay opción, todo detalle es prescrito. La palabra más descriptiva es “debe”. Todo ejercicio de los sentidos es contrario a lo espiritual de esta adoración; y todo ejercicio de la voluntad (toda adoración a voluntad) es catalogado como “el camino de Caín” (Génesis 4, Judas 11), en oposición al camino de Dios (Hechos 18:26).

Juan 4:24
Dios es Espíritu; y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.

Aún en lo externo de la adoración, Jehová dio la norma en cuanto al tabernáculo y el templo. (Hebreos 8:5; 1 Crónicas 28:19).

Números: “B’midbar” – El libro del desierto

El nombre “números” proviene del latín numeri, palabra que figura en la Vulgata, esta deriva del griego arithmoi, en la septuaginta. El concepto de “números” se deriva de las numeraciones que hay en los capítulos 1 al 3 y 26. El libro relata cómo Jehová guió a Su pueblo por el comino correcto a través del desierto.
No fue el camino más corto, ni el más directo, ni el más lógico, ni el más fácil, ni tampoco el más placentero para la carne; pero era el camino dirigido por Dios, y protegido por Dios, y por el cual Dios era la suficiencia, y por donde experimentaron la instrucción y corrección. Era el camino adecuado, el que terminaba bien, en oposición a los otros caminos.
Deuteronomio: “Elleh Haddevareem” – El libro de las Palabras

La palabra “Deuteronomio” proviene del griego deuteros (segundo) y nomos (ley). El hombre vio este libro como una “segunda ley”, una repetición de la ley, para una nueva generación. El título hebreo:  “Elleh Haddevareem” significa “Estas son las palabras”. Contiene las palabras, testimonios, estatutos y juicios de Jehová. Cristo se refiere a Moisés como el autor del Torah doce veces.

Josué: “Y’Hoshua” – La herencia poseída

El nombre de esta libro no es “Josué” porque él sea el autor, sino porque él es el profeta (hablando las palabras dichas por Dios) que conforma el tema del libro. El Talmud asevera que Josué escribió sólo los últimos 8 versículos. Este libro muestra la conquista de la tierra y su división. El objetivo del libro es magnificar la inviolable fidelidad pactada por Jehová para cumplir sus promesas. Él prometió en Deuteronomio:

Deuteronomio 31:7

Después llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: 
"¡Esfuérzate y anímate!,  porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría,  y tú se la harás heredar.

Y lo cumplió en Josué:

Josué 21:43-45

(43) De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres.  Tomaron posesión de ella,  y la habitaron.
(44)  Jehová les dio paz a su alrededor,  conforme a todo lo que había jurado a sus padres,  y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente,  porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos.
(45)  No faltó ni una palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel.  Todo se cumplió.

La herencia es poseída porque Jehová prometió y fue fiel a Su Palabra, de que aquellos que creen y actúan conforme a la promesa recibirán la bendición.

Jueces: “Shopheteem” – Los libertadores

La palabra hebrea “shopheteem” no significa “subyugar para gobernar” sino “rectificar o corregir para luego gobernar”. Este tipo de juez era un libertador para aquellas personas que clamaban a Jehová, basadas en las promesas del pacto. El oficio es particular de Israel, y es único en la historia del mundo. La función en el oficio del juez es descripta en Jueces 2:7-19. Josué comienza con las palabras: “Aconteció después de la muerte de Josué...” y Jueces comienza: “Aconteció después de la muerte de Josué...”. El libro muestra que a pesar de la falla de Israel y de su falta de fidelidad, siempre que llamaron a Dios basados en Su pacto, Él fue fiel a Su Palabra
 
Jueces 2:1
El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim,  y dijo: 
 "Yo os saqué de Egipto y os he traído a la tierra que prometí a vuestros padres,  cuando les dije:  "No invalidaré jamás mi pacto con vosotros,

En contraste con la fidelidad de Dios con respecto a Su pacto, Israel es descripto con las siguientes palabras: “En aquellos días no había rey en Israel; cada hombre hacía lo que era recto ante sus propios ojos.” Aún cuando todos ellos se desviaron, Dios se mantuvo fiel a Su Palabra. En Éxodo y en Deuteronomio Dios había revelado que Él iba a ser su Rey, pero Israel no creyó en el pacto. La senda que siguió Israel al desviarse de Dios es descripta en detalle:

1) La casa de Dios es descuidada que pudo ser descripta su posición detallada (21:19).
2) El hombre hizo su propia “casa de Dios” (17:5) y depende del poder monetario para su producción... Levanta sus propio dioses y sus propios sacerdotes (17:6-13).
3) Le paga a sus sacerdotes un salario fijo: 10 siclos anuales, algo de ropa y la comida, lo cual es un pago escaso (17:10).
4) No recibe las bendiciones que él “sabía” que iba a recibir (17:13), le roban todo, incluso a sus dioses y su sacerdote.
5) El sacerdote es promocionado y pasa a ser sacerdote de toda la tribu, no sólo de una familia, y continúa una idolatría abierta todo el tiempo en que fue abandonada la casa de Dios en Siloh (18:31).
6) La religión del hombre termina reduciendo las tres fiestas de Jehová en una, en la cual la parte principal era la danza de las muchachas (21:19,21).
Israel es descripto como “sin Rey”, mientras que Jehová es descripto como “fiel a Su pacto”. En tal condición las personas estaban tan alejadas de la ley que era tolerada toda clase de error a expensas de la verdad; y la unión se basaba en consideraciones sociales y seculares en vez de basarse en la revelación de la verdad. Aquellos que tienen oídos para oír reconocerán aquí la aceptada religión de tolerancia y el humanismo secular de nuestros días.  Así como se perdió Siloh en aquellos días, el verdadero Siloh se pierde en el día de hoy.

Génesis 49:10
No será quitado el cetro de Judá
ni el bastón de mando de entre sus pies, 
hasta que llegue Siloh;
a él se congregarán los pueblos.

Hacia Cristo será la reunión de las personas cuando él retorne, y tenemos que esperarlo. Pero para muchos, la casa de Dios no puede ser hallada. El hombre ha hecho sus propias casas, con sus propios sacerdotes y ministros, a quienes paga salarios fijos, y les da una habitación especial, lo cual es una escasa paga, y todo está impregnado de idolatría, resaltada con música y danza, diluyendo las Palabras de Dios, resumiéndolas y reduciéndolas a un puñado de teorías y opiniones pre-digeridas.

Samuel – “Sh’muel” – Escuchado por Dios o respondido por Dios.

Los sedarim nombraban a 1 y 2 de Samuel como un solo libro. La Septuaginta los divide en dos. Esta división fue seguida por la Vulgata y por la Biblia hebrea y por consecuencia, en nuestras traducciones y versiones modernas. El libro de Samuel está compuesto por los ministerios de Samuel, Natán y Gad.

1 Crónicas 29:29
Los hechos del rey David,  desde el primero hasta el último,  están escritos en el libro de las crónicas del vidente Samuel,  en las crónicas del profeta Natán,  y en las crónicas del vidente Gad

Los dos grandes pedidos escuchados y respondidos por Dios son: en pedido de un hijo, por parte de Ana, respondido en Samuel, y el pedido de un rey, por parte del pueblo. Saúl, más adelante pide por Samuel, pero no es respondido por Dios (1 Samuel 28). El pedido del pueblo por un rey es respondido en Saúl y en David. Saúl fue la muestra de lo que era el rey humano y David fue la muestra de lo que era un rey “con un corazón para Dios”. Saúl halló a Samuel para ayudarlo a buscar los asnos de su padre que él no podía hallar, por otro lado, David tuvo que ser hallado por Dios mientras estaba ocupado cuidando las ovejas de su padre que jamás había perdido. Pedir es la gran clave del libro, especialmente a la luz de 1 Samuel 8,9,16 y 2 Samuel 7.

Reyes – “V’Hamelech David” – Rey David

Primera y segunda de Reyes son un solo libro en los manuscritos Hebreos y en los Sedarim. En el título “Y el Rey David” tenemos la clave para todo el libro. David, el rey escogido por Dios, es el patrón por medio del cual se mide a todos los reyes. El carácter de cada rey se examina según su semejanza o diferencia del de David. Sus vidas son descriptas conforme a cómo siguieron o no a David. Los reyes son tomados como sucesores de David, no como reyes independientes. El libro muestra la falla del hombre como rey, que viene como consecuencia de la falla del hombre como profeta, que viene como consecuencia de la falla del hombre como sacerdote. El Verdadero David es El Profeta, El Sacerdote y El Rey. Reyes comienza con la construcción del Templo de Dios y cierra con el Templo siendo incendiado; comienza con el rey David y termina con el rey de Babilonia.

Isaías – La salvación de Jehová

Isaías vivió entre medio de Moisés y de Cristo. Profetizó acerca de Judá y Jerusalén, en los reinos de Uzías, Jotam, Ahaz y Ezequías, cuatro reyes que están asociados con la ruina y la esperanza de la nación.
Uzías apostató y fue “excluido de la casa de Jehová” (2 Crónicas 26:21). Jotam “no entró en el santuario de Jehová” (27:2). Ahaz “cerró las puertas de la casa de Jehová”. Ezequías “abrió las puertas de la casa de Jehová” (29:3). En ningún otro libro del Antiguo Testamento (exceptuando Salmos) se usa con tanta frecuencia la palabra “salvación”. El libro profetiza acerca de la venida de aquél que sería la salvación de Jehová hasta lo último de la Tierra (49:6). Esto es establecido en contraposición a la condición de degradación de Israel, en su celo religioso por observancias ritualísticas. Isaías vio como el rey de Judá era arrojado de entre los hombres, atacado por la lepra y cortado de la casa del Señor; y luego ve otro rey “el Señor sentado sobre un trono alto y sublime; y sus faldas llenaban el templo”. Isaías mismo confiesa ser un hombre de labios impuros, pero inmediatamente después de esa confesión está escrito que el querubín voló y limpió sus labios. Hay varias cosas importantes que son mencionadas por primera vez en Isaías: “el día del Señor”, un “Mesías” definitivo, la Novia, los nuevos cielos y nueva Tierra. Se muestra que la venida del Mesías es la venida de la salvación de Jehová.

Jeremías – El que es lanzado por Jehová

Jeremías es no que fue levantado por Jehová para ser su testigo en contra del hombre. Mientras más fiel es el testigo de Dios, más será odiado por el hombre. Jeremías fue perseguido por reyes, conciudadanos y por su propia familia. El sumo sacerdote lo rechaza, luego es falsamente acusado por los sacerdotes y, según la tradición, fue apedreado en Egipto por los de su misma tierra y luego es apedreado en su tumba, en Cairo. Jeremías es el testigo enviado por Jehová. Durante los tiempos de Jeremías, las Escrituras fueron halladas entre las ruinas del Templo y él declaró “Fueron halladas tus palabras y las comí, tu palabra fue para mí, la alegría y el gozo de mi corazón”. Él fue el primero lanzado por Jehová. Se muestra que el Mesías que vendría iba a ser un testigo sufriente.
                                                                                              
Ezequiel – Aquél a quien Dios fortalece

El nombre está compuesto con el hebreo El: Dios y no Jah: Señor. El es el Dios poderoso. Se muestra a Dios fortaleciendo a Ezequiel. Dios, el fuerte, fortalece a Su mensajero contra la faz de sus enemigos y por medio de él fortalece al alma de los fieles, que ven en su nombre, en su misión y en su mensaje la bendita esperanza de que la fuerza de Dios traerá, en el futuro, una redención final para Su pueblo. Ezequiel comienza este fortalecimiento cuando Dios le dice que coma las palabras de Dios. Se muestra al Mesías por venir gobernando con la autoridad de Dios, subyugando bajo sus pies a todos sus enemigos, reinando en gloriosa paz con el ministerio de “Jehova Shammah” – “El Señor está allí” – que son las palabras que cierran el libro de Ezequiel.
Se suceden dos cautividades: la asiria y la caldea y finalmente un período “post-exilio”. Los profetas menores pueden dividirse según estos períodos. Estos doce libros están unidos en un solo libro en todos los manuscritos, en Sedarim, Ginsburg, el Codex St. Petersburg y en los textos antiguos.
Lo escrito en Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas y Nahúm acontece durante el período asirio. Habacuc y Sofonías ocurren durante el período caldeo. Zacarías y Malaquías acontecen en el período post-exilio.

Oseas – Salvación o Liberación

Oseas anuncia ruina y destrucción y finaliza con un consuelo para Israel, con una promesa de abundante fertilidad.

Joel – Aquél cuyo Dios es Jehová

Joel describe los terrores de “el día del Señor” y señala las bendiciones para aquellos cuyo Dios es Jehová (2:18,19). Comienza con un llamado al arrepentimiento en un tiempo de escasez y finaliza con Jehová rugiendo desde Sión y tronando su voz desde Jerusalén (3:16).

Amós – El que lleva la carga

Amos lleva la carga revelada en el avance de Joel. Joel inicia su profecía con las mismas palabras (1:2) y luego predice que el tabernáculo de David será reconstruido “para que posean el resto de Edom” (9:11-13).

Abdías – El siervo de Jehová

Abdías repite aquellas palabras y despliega la profecía. “Hemos oído el pregón de Jehová,  y mensajero ha sido enviado a las naciones”. Abdías da una expansión de Amós 9:11-12.
Jonás – Una paloma o pichón

Jonás es ese embajador revelado en Abdías (1:2). Jonás habla de Jehová (4:2) como es descripto en la ley (Éxodo 34:6,7). La paloma está huyendo de todo lo desagradable, por lo que es el heraldo de paz, en donde sea que se halle. Jonás intenta entregar su vida porque ama a Israel. No desea que los gentiles sean bendecidos porque sabe que serían los instrumentos de juicio contra Israel.

Miqueas – ¿Quién es como Jehová?

Miqueas toma los atributos de Jehová (Éxodo 34:6,7) en donde los dejó Jonás (7:18). Él declara la palabra contra Samaria y Jerusalén (norte y sur de Israel). Su profecía consta de tres partes, cada una comienza con “Oíd” (1 – capítulos 1 y 2; 2 – capítulos 3 al 5; y 3 – capítulos 6 y 7). Esto es similar a lo que sucedió con Micaías en Reyes (1 Reyes 22:28).

Nahúm – Consolación o confortador

Nahúm retoma el tema en donde lo dejó Jonás (compare Jonás 4:2 y Nahúm 1:2). Nahúm describe la carga resultante por el juicio a Nínive. La carga contra Nínive (1:2) es un consuelo para Israel (1:7).

Habacuc – En abrazado

Dos tercios de la profecía es una conversación entre Dios y el profeta, escrita como un diálogo entre amigos. Aquí vemos la justificación por un principio de fe (2:4), al igual que la posesión de Abraham, el amigo de Dios (Santiago 2:23; 2 Crónicas 20:7) y toda su simiente espiritual. “El justo por fe vivirá” es citado (en cada caso con un énfasis diferente) en Romanos 1:17; Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38). Habacuc es una carga para los caldeos quienes ejecutaron el juicio sobre Nínive. Habacuc pide silencio ante la presencia del Señor (2:20).

Sofonías – Jehová protege

Sofonías repite el pedido de silencio (2:20 y 1:7). El juicio venidero de Dios es descripto, mostrando cómo Su pueblo sería ocultado, protegido y salvado. Jehová se revela tres veces como estando “en el medio” de Su pueblo (3:5,15,17). Ellos están escondidos en Él, Él está en medio de ellos y, por lo tanto, están protegidos. Sofonías 3:8 contiene todas las letras del alfabeto hebreo, incluyendo las cinco finales. El Massorah hace notar este hecho.

Hageo – Mi fiesta

Pasaron 70 años de cautividad y las profecías de Jeremías, Ezequiel y Daniel, entre Sofonías y Hageo. El tiempo ha llegado en que el templo va a ser reconstruido y van a ser restauradas las hazañas de Jehová. Su misión y profecía se corresponden con su nombre.

Zacarías – Jehová recuerda

Zacarías muestra que las profecías de la gloria venidera de Israel están TODAS basadas en la memoria que Jehová tiene de Su pacto. Una y otra vez Él promete regresar y dar consuelo a Sión, y aún escogerá a Jerusalén (1:3,16,17; 2:8,10,11; 6:12,13; 8:3; 9:9,10,16; 12:10; 13:9; 14:3,4,9).

Salmos – T’hillim – Los otros escritos

El título hebreo del libro de Salmos es T’hillim. Se deriva de un sustantivo que también forman parte de la palabra española “Aleluya” – alabado sea Jehová. El significado raíz es “saltar o bailar de un lado a otro como lo hace la luz” y de ahí se desprende el significado de “arrojar luz sobre algo para iluminarlo o glorificarlo”. La transición es fácil de seguir: de alabar a alabar colocando en la luz. Los Salmos ponen a la luz los propósitos de Dios y los ilustran, haciendo que resplandezcan para Su alabanza. Cubren toda el área de revelación del Antiguo Testamento.
El Massorah, el Talmud, la Septuaginta y otros manuscritos antiguos dividen a los Salmos en 5 libros:



Libro 1: Cap. 1-40 – Libro de Génesis – El libro del comienzo – Adán, el hombre, la Creación, Cristo y el Anticristo.
Libro 2: Cap. 41-72 – Libro de Éxodo – El libro de la redención – Ruina, Redentor, redención.
Libro 3: Cap. 73-89 – Libro de Levítico – El libro del santuario – Congregación, santuario.
Libro 4: Cap. 90-106 – Libro de Números – El libro del desierto – La tierra, montañas, colinas, las hierbas. Las bendiciones de la tierra son necesarias, se anticipan y disfrutan.
Libro 5: Cap. 107-150 – Libro de Deuteronomio – El libro del mundo – Bendición y ruina del hombre, Israel y la tierra en su adherencia o separación de la Palabra.

Los proverbios de Salomón – “Mishlai” – Las reglas de la vida

El título (Mishlai) proviene de la palabra hebrea Mashal: gobernar, tener o ejercer gobierno. Son palabras para gobernar o controlar la vida. Es el libro del gobierno moral de Dios sobre la Tierra. El hombre está bajo la influencia del poder de la lengua, el poder de los necios y el poder de la mujer. Dios expone el poder de cada uno y advierte de sus peligros. La sabiduría es personificada a lo largo de todo Proverbios. La sabiduría de Dios es una mujer fiel y virtuosa, mientras que la sabiduría mundana es una mujer extraña. Cristo es la Sabiduría de Dios y se ve en Proverbios a través de una doble personificación.

Job – “Ey-yon” – El oprimido

Es el masculino del nombre que en femenino es la enemistad de Génesis 3:15. Como participio pasivo, el nombre implica que Job es uno al que el enemigo busca para ejercer su poder, un oprimido. Job fue liberado cuando entendió que era vil y se aborreció a sí mismo, dejando de pensar sobre sí mismo más de lo que debía y comenzando a pensar sobriamente, según desea Dios y conforme a lo que Dios había hecho. Cuando quitó los ojos de sí mismo y sus buenas obras comprendiendo su verdadera condición como pecador, a pesar de las buenas obras, y puso sus ojos en la inmensa grandeza de Dios y Su poder, fue librado.

Cantar de los Cantares – “Sheer Hasheereem” – por el uso de la figura Enálage: “La más hermosa canción” o “La más excelente canción”

Tres individuos son los personajes principales y no dos como supone la mayoría: un pastor, una pastora y un rey. El pastor es el objeto de afecto de la virgen y no el rey. Esta canción registra la historia real de una mujer humilde pero virtuosa que, luego de haberse casado con un hombre de igual condición humilde, ha sido tentada de un modo muy seductor a abandonarlo y transferir su afecto a uno de los hombres más sabios y ricos, pero ella resiste la tentación exitosamente, permaneciendo fiel a su esponsal y al final es recompensada por su virtud. La virgen es la que es amada, el pastor es aquel que la ama y el rey es quien viene con tentaciones y seducciones. Si bien esta es la interpretación, la aplicación puede ser variada. Los judíos lo leen en la pascua y la aplican a Israel, quien va detrás de aquél que es descripto como “el que ama a las personas”, rechazando las riquezas y tesoros de Egipto. Una aplicación general puede ser la de la Iglesia de la Novia de Cristo y el Novio.

Rut – Una amiga

El libro nos cuenta cómo Jehová se deleitó en tomar a esta extranjera moabita y llevarla a las bendiciones de Su pueblo elegido, cuando cumplió con una condición: creer. Rut pasó a ser y un ancestro de David así como el hijo y Señor de David, a pesar de su inherente indignidad como gentil moabita. Ella, al igual que Habacuc y Abraham se hizo amiga a través de su creencia. Este libro era leído en Pentecostés, señalando cómo Jehová derramaría Su espíritu sobre toda carne (Joel 2:28 y Hechos 2:16-21), llevando, con esto, la bendición de Abraham a los gentiles. El misterio o secreto de la Iglesia fue revelado alrededor de esta fecha. Hechos 13 fue unos catorce años antes de 2 Corintios 12:3, cuando Pablo hubo recibido la abundancia de revelación. El Misterio no fue dado a conocer por escrito sino hasta luego del rechazo final del ofrecimiento en Hechos 28:30-31. Efesios fue escrito, probablemente, durante el arresto domiciliar en Roma, en Hechos 28:30-31.

Lamentaciones – “Ey-chah” – ¡Ay! o ¡Cómo!

Es una exclamación de dolor y angustia: un aullido, un llanto de lamento. Se preserva en nuestra palabra “chacal.” Es la primera palabra en el libro y describe adecuadamente su carácter. La palabra es usada por los profetas:
1) Moisés la usa acerca de Israel en su gloria y orgullo. (Deuteronomio 1:12).
2) Isaías la usa con referencia a Israel en su disipación y pecado (Isaías 1:21).
3) Jeremías la usa con referencia a su desolación (Lamentaciones 1:1).

Se lee en el ayuno del 9 de Abib. Cinco grandes calamidades se conmemoran en ese día.

1) El retorno de los 12 espías y el decreto de estar errantes durante 40 años, como consecuencia de la rebelión del pueblo.
2) La destrucción del primer templo de Nabucodonosor
3) La destrucción del segundo templo, por los romanos, gobernados por Tito.
4) La toma de Beter, por los romanos, gobernados por Adrián, cuando fueron asesinados 580.000.
5) La labranza de Sión como si fuera un campo, cumpliéndose Jeremías 26:18 en adelante.

Los primeros dos capítulos consisten en 22 largos versículos de tres líneas cada uno, todos los versículos comienzan, respectivamente, con las sucesivas letras del alfabeto hebreo.

El tercer capítulo consiste en 66 versículos (3x22), cada tríada de versículos comienza con la misma letra; por Ej.: las tres primeras líneas comienzan con Aleph, los tres siguientes con Beth, y así hasta cubrir las 22 letras del alfabeto.

El cuarto capítulo está ordenado en 22 versículos de dos líneas cada uno, también ordenados como un acróstico.

La quinta lamentación (capítulo 5) se resuelve en una oración, y el arreglo en forma de acróstico se forma antes de la explosión de emoción. La única conexión con el alfabeto es que el número de versículos se corresponde con el número de letras (22).

Eclesiastés – “Coheleth” – El congregador

El congregador reúne a las personas, especialmente con propósitos religiosos. Reúne al pueblo disperso, llevándolos a la más inmediata presencia de Dios; junta a las personas que están lejos de Dios. Salomón hizo eso cuando reunió al pueblo en 1 Reyes 8:1,2,5. Este libro se lee en la fiesta de los tabernáculos. Aquí, bajo el sol, habitamos sólo en tabernáculos, esperando mayores realidades, cuando “aquél que es mayor que Salomón” reúna y congregue a su pueblo hacia sí.

Ester – Una Estrella

El libro comienza con la frase “va-yehee beemai”, la primera palabra significa “aconteció que”. Una tradición que proviene desde los tiempos de la Gran Sinagoga dice que donde sea que un escrito comienza con estas palabras, señala siempre una inminente catástrofe. Hay cinco escrituras que comienzan con esta frase y que indican el principio de una inminente catástrofe, pero que terminan en bendición.

1) Génesis 14:1 – Guerra y bendición por medio del Sacerdote del Dios Altísimo.
2) Rut 1:1 – Hambre y el gozo del matrimonio.
3) Isaías 7:1 – Guerra y “he aquí que la virgen concebirá...a Emmanuel”.
4) Jeremías 1:3 – La cautividad y la promesa de restauración.
5) Ester 1:1 – Intento de destrucción y el gozo de la liberación.

La bendición es más gloriosa que el problema que la precede. (Lucas 2:1 sería un sexto ejemplo de esto). El nombre de Dios no aparece en Ester, conforme a Deuteronomio 31:18: “...esconderé mi rostro en aquel día...” En Ester el pueblo había olvidado a Dios y Dios escondió su rostro. Su nombre está oculto en el libro en forma de acróstico, que también es el eje sobre el cual gira toda la historia. Esto es explicado en detalle en la “Companion Bible” de E.W. Bullinger.






Daniel – Dios juzgará

Dani-el significa “Dios es Juez” o “Dios juzgará”, Bab-el significa juicio de Dios. La parte que trata específicamente con los gentiles y el curso y carácter del poder de los gentiles está escrita, no en hebreo sino en caldeo (2:4-7:28). También Esdras 4:8-6:19 y 7:12-27, donde Israel está bajo el poder de los gentiles; y Jeremías 10:11, que es un mensaje a los Gentiles.
El libro revela el juicio de Dios sobre Israel y Jerusalén librándolos del poder de los gentiles; el juicio de Dios de los gentiles como poniéndolos en manos del hijo del hombre (7;9-13,22). El título que portaba el Mesías que iba a venir era “hijo del hombre” porque ese es el nombre como juez del segundo Adán. Daniel es nombrado por Ezequiel (14:14-20) y por Cristo (Mateo 24:15). Al igual que otras escrituras, Daniel es genuino y auténtico.

Esdras – Nehemías – La protección y consuelo de Jehová

Estos dos libros están siempre presentados como un solo libro en los manuscritos y en las primeras ediciones de la Biblia hebrea. El Massorah los cuenta como un solo libro, bajo el nombre de Esdras. El Sedarim, que es el orden de secciones de lectura pública, tiene diez en número, que van desde Esdras 1:1, pasando por Nehemías 1:1 hasta el final.
Esdras significa rodeado, protegido o ayudado, mientras que Nehemías significa consolado por Jehová. Estos libros registran eventos que muestran cómo Jehová protege y consuela a Su pueblo en tiempos de aflicción y dificultad, librándolos de las manos de todos sus enemigos.

Crónicas – “Divrai Hay-yahmeem” – Las palabras del Señor en las obras del hombre

Los dos libros de Crónicas (como Samuel, Reyes y Esdras-Nehemías) forman un sólo libro en los manuscritos y en las primeras ediciones impresas de la Biblia hebrea. La enumeración de los Sedarim pasa por ambos libros sin pausa. El nombre lo da el principio temático, no hay indicación de quién lo nombró. El título viene con la misma autoridad que el texto. El título significa, literalmente “Las palabras de los días”, algo similar a “el curso de los eventos” o “los eventos corrientes” o “anales”, pero añadiendo el concepto de que estas son las palabras divinas en cuanto a estos eventos. Este libro contiene en comentario y el juicio divino en estas palabras, no es sólo una mera crónica histórica de estos.
En Samuel y Reyes tenemos los mismos eventos registrados como hechos de la historia, vistos desde la óptica humana. En Crónicas tenemos esos eventos vistos desde una diferente perspectiva, un diferente punto de vista. En Crónicas tenemos las palabras y pensamientos divinos acerca de aquellos hechos, pero desde el punto de vista de Dios. En 1 Samuel 31 tenemos los hechos acerca de la muerte de Saúl, pero en 1 Crónicas 10:13,14 tenemos las palabras divinas acerca de ese evento. “Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová,  contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí.”
En Samuel tenemos los hechos desnudos, en Crónicas tenemos la verdad que hay detrás de los hechos revelados.
Las acciones de los reyes son representadas en conexión con el Señor o con Su servicio. En Reyes se menciona la reforma religiosa de Ezequías brevemente, en tres versículos, mientras que la historia secular ocupa 88 versículos, en tres capítulos dedicados a ésta (2 Reyes 18:7-30; 19; 20). En Crónicas sucede lo contrario. Se dedican tres capítulos (2 Crónicas 29 al 31), u 84 versículos a la reforma religiosa y sólo un capítulo (32) registra la historia secular. El Señor no ve lo que ve el hombre; “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos,  pero Jehová mira el corazón (1 Samuel 16:7).

No hay comentarios. :

Publicar un comentario